Jean Paul Sartre escribió y dijo: “la felicidad no está en hacer lo que uno quiere sino en querer lo que uno hace”, está frase sin más preámbulos se introdujo en las venas de Yuri Bedoya el joven qué huyo de Buenaventura para definir su vida en esa Francia desnuda que le mostró la realidad de lo dura difícil y tal que es la vida en cualquier parte del mundo.
Esa Francia imagen de justicia y de libertad que le brindo el metro parisino como dormitorio y catapulta para iniciar su carrera musical que lo hace erigir actualmente como ciudadano ilustre con una carrera brillante en el campo artístico, el vallecaucano, de nuevo homenajeado por su querida Francia, esta vez con la Orden de las Artes y las Letras en el grado de Caballero.
Quién cobijó a Yuri en la Ciudad Luz, Marianne. La imagen significado de libertad, igualdad y fraternidad, la representación simbólica de la madre patria, fogosa, guerrera, pacífica, alimentadora y protectora que le dio abrigo en sus largas noches de conciliación de sueños en una y otra silla del metro en donde sin lugar a dudas se generaron más que muchos proyectos imaginarios de triunfo y éxito musical en estilo de la salsa a ritmo de bongó, ese bongó que en más de una ocasión reventó el parche por el frío cuando cruzaba por el puente sobre el río Sena en medio del cual decidió mojar su vida en un estasis de locura con ínfulas de suicidio emocional para despertar a la orilla con una nueva visión de sus proyectos de vida. Extasis del cuál no recuerda cómo despertó de su sueño que en agua fría durmió y quién más pudo haberlo salvado sino Marianne.
A pesar de su pasado Yuri siempre ha mostrado ser el artista alegre, cuya sensibilidad aún lo pone nervioso al subir aún escenario para iniciar su concierto. Es un tipo normal amante del arte en general, un colombiano con un corazón inmenso como su patria y que a la vez batalla socialmente porque “nuestro pacífico, sea un lugar digno para vivir”, y más su pequeña patria, Buenaventura.
Su propuesta musical ha conquistado públicos en todo el mundo.
Jamás los días de su vida volvieron a ser los mismos y menos cuando nunca se imaginó escribir para los jóvenes en una producción de televisión como EL PATRÓN, una crónica de Pablo Escobar, textos con los cuales invita a no repetir la historia y errores del pasado inspirado básicamente en el avance del país y las ganas de salir adelante a pesar de los obstáculos y las tormentas sociales, porque “esto fue más que canciones, vamos a generar conciencia” dice Yuri.
Como pocos es profeta en Francia, así es Yuri Bedoya, un artista comprometido con su cultura y su país. Un cantante que posee un nivel de calidad absolutamente profesional e internacional de este artesano de la canción y de la música, ese mismo que como afirmó Sartre ama lo que hace y lo seguirá haciendo para siempre, porque tuvo que personificar a través de sus sueños a su adorada Marianne, aquella representativa mujer que le dio la mano, lo abrazó, lo cobijó entre sus brazos y le ofreció su seno. Ella misma lo hizo entremezclar la realidad con sus ilusiones para volverlas canción a través de su sueño libertario y que le hizo invadir tantos papeles en blanco, primero con la pintura y luego con sus composiciones.
“En este país que invierte tanto en la guerra y no suficiente en la cultura todos los escenarios están reunidos para que el arte encuentre las dificultades para vivir o comunicar. Me cuesta vivir en la sociedad y en el arte uno puede ir al fondo del universo en menos de un segundo y es allá en donde me sentiría tranquilo”.
Y allá en ese rincón del universo cantará sin cesar que solo basto un baño frío en el río Sena para que Yuri Bedoya, más conocido como Yuri Buenaventura, trascendiera a su nueva vida luego de haber escuchado el rasgar del parche de su bongó, instante en el que murió y algo o alguien tal vez Marianne lo volvió a traer a esta vida de fama artística musical.
Alabao sea Dios. Qué bonito Buenaventura vengo a cantarte aquí con dulzura quiero abrazarte mi Buenaventura, que bonito Buenaventura que lo sepa el mundo entero es Buenaventura la tierra que quiero, tierra llena de colores, lindos tus paisajes y tierra llena de bondades, qué bonito pelo quieto y piel oscura, soy el canto de las olas, mi tierra a veces llora por medio de su aguacero, que te pide que te quedes que te pide…no te vayas, que no la dejes sola, tus raíces africanas se evaporan. Del mar y la angostura de esteros. Abrázate del guasá de semillas secas, abrázate proverbio de alabao, grito de currulao de la marimba de chontas vivas Abrázate no te vayas…quédate. Abrázate a su olor marino, al timbre sonoro de rio y selva. Abrázate ira de lluvia y trueno yo siempre me abrazo a ti, anhelo de barro y mar que nunca te abandoné.
Abrázate a Buenaventura.
Un Playlist cargado de sabor cortesía de Alberto Guzmán DJ
Director General – Hard Salsa Bogota
Me puedes contactar en el correo: info@hardsalsabogota.com
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